Jesucristo


dijeron: «Unos, Juan el Bautista; y otros, Elías; pero otros, Jeremías o uno de los profetas». Él les dijo: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Respondiendo Simón Pedro, dijo: «Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente». Y Jesús, respondiendo, le dijo: «Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque esto no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos».
Evangelio de Mateo 16:13-17
En el evangelio de Juan, el título de «Cristo» se usa como nombre de Jesús:
«[…] la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo».10
«Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo».11

En otros libros bíblicos[editar]

El apóstol Pablo escribiendo sus Epístolas, obra de Valentín de Boulogne o de Nicolás Tournier.
En el Libro de Daniel se afirma que el mesías príncipe sería cortado, y no tendría nada.1213​ La antigua versión de Reina-Valera traduce ‘será muerto y nada tendrá’ y en el margen de la paráfrasis ‘será echado de la posesión’. Esto se cumplió cuando, en lugar de ser aceptado como Mesías por los judíos, fue rechazado, cortado, y no recibió ninguno de los honores mesiánicos que le pertenecían, aunque, con su muerte, echó los cimientos de su futura gloria en la Tierra, obrando la redención eterna para los salvos. En la Primera Carta a los Corintios san Pablo de Tarso escribió que así como el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, así es el Cristo: la cabeza y los miembros en el poder y la unción del Espíritu forman un solo cuerpo.14
En el Libro de Juan, este título es relacionado con el de Mesías, «llamado el Cristo».15
Habiendo sido rechazado como mesías en la tierra, él ha sido hecho, ya resucitado de los muertos, Señor y Cristo,16​ y así se cumplen los consejos de Dios con respecto a él y al hombre en él. Se revela que los santos habían sido escogidos en Cristo desde antes de la fundación del mundo. Todas las cosas en el cielo y en la tierra tienen que ser encabezadas en el Cristo,17​ ya que el Cristo es la cabeza del cuerpo de la Iglesia.18

Cristo, el ungido[editar]

Cristo y bordón, por Carl Bloch.
La palabra «ungir» ―del latín únguere― significa ‘elegir a alguien para un puesto o un cargo muy notable’ (como sumo sacerdote o rey).19
La concepción hebrea del ungido o entronizado proviene de la antigua creencia que establece que untar a una persona u olear un objeto con aceite otorga cualidades extraordinarias, incluso sobrenaturales, cuando estas provienen de una autoridad divina. En el Israel de la antigüedad, la costumbre de ungir a una persona otorgaba la potestad para ejercer algún cargo importante. El término Cristo no solo se utilizaba con los sacerdotes20​ que eran mediadores entre Dios y la humanidad, sino también con los reyes teocráticos21​ que eran representantes de Dios y adquirían de esa manera dignidad sacerdotal. Más tarde se aplicó a los profetas22​ e incluso se vinculó con los patriarcas.23​ Sin embargo, en la transformación del concepto mesiánico, el uso del término se restringió al redentor y restaurador de la nación judía.2425
En el Nuevo Testamento, la palabra Cristo se utiliza como nombre común y como nombre propio. En ambas acepciones aparece con o sin artículo definido, en solitario o asociada a otros términos o nombres. Cuando se usa como nombre propio y, muchas veces, en los otros casos, designa a Jesús de Nazaret, el esperado Mesías de los judíos. De esta manera, para las confesiones cristianas, Jesucristo es el mesías, aquel que el Antiguo Testamento anunciaba que llegaría como plan de salvación de Dios para la humanidad. Otras religiones, sobre todo los musulmanes,26​ judíos ortodoxos, conservadores, y reformistas,27​ lo consideran solamente como un gran profeta o predicador de su pueblo ―el pueblo judío― y el fundador de la religión cristiana, a quien sus seguidores consideran el hijo encarnado de Dios.

Cristo, el salvador[editar]

El Sermón del Monte (1877), por Carl Bloch.
La palabra salvador, a su vez, era el título calificativo que los judíos aplicaban a sus sacerdotes, reyes, y profetas, ya que estos debían ser ungidos con aceites como parte del rito que los consagraba a su labor. Los seguidores de Jesús de Nazaret, considerando que este era el Mesías prometido por las profecías mesiánicas de la Tanaj, le aplicaron este título a su líder, llamándole Cristo Jesús o el Salvador. A mediados del siglo II -unos cien años después de la muerte y resurrección de Jesúsde Nazaret—se les comenzó a conocer por cristianos en Antioquía, ya que se decían seguidores del Cristo.
Según algunas confesiones cristianas, como la Iglesia católica, la Iglesia ortodoxa, la Iglesia anglicana o las principales iglesias protestantes, la Salvación es una venida de Dios. Sustentan este punto de vista en las palabras del Apóstol Pedro: «Por el contrario, creemos que tanto ellos como nosotros somos salvados por la gracia del Señor Jesús».28​ Esta gracia se obtiene a través de la fe y el obrar cristiano, según católicos y ortodoxos, o exclusivamente por la fe, según los protestantes, es decir, en creer o confiar que Jesucristo es el Hijo de Dios, el Salvador y el Único Perdonador de pecados.
En la carta de Pablo a los romanos se explica lo que es la salvación,29​ pero con más precisión en la carta del apóstol Pablo a los Efesios: «Cristo, con su muerte y su Resurrección, es quien elimina la deuda del pecado humano y vehicula en su persona esa gracia redentora».30​ Para el cristianismo la salvación está disponible para todos los que creen y actúan en consecuencia.

Cristianismo[editar]

La creencia cristiana afirma que Dios se manifestó a los hombres en la persona de Jesús de Nazaret (en hebreo: Yeshúa), siendo el Hijo de Dios hecho hombre y, por tanto, el Mesías anunciado por los profetas en las escrituras, y ansiosamente esperado por IsraelEscrituras.31​ De hecho, Jesús mismo afirmó ser el Cristo.31​ En el Evangelio de Juan, cuando Jesús habla con la mujer Samaritana, se registra el siguiente evento:
Le dice la mujer: Sé que el Mesías ha de venir, el cual se dice el Cristo; cuando él viniere nos declarará todas las cosas.
Le dice Jesús: Yo Soy, el que hablo contigo.
(Juan 4:25-26)
A raíz de esto, se narra a los samaritanos diciendo: «nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo.» (Juan 4:42)
Cristo, dejando la sala del tribunal, por Gustave Doré.
En el Evangelio de Marcos también se narra a Jesús afirmando ser el Mesías, cuando los sacerdotes del templo estaban interrogándolo:
El sumo sacerdote le volvió a preguntar, y le dijo: «¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?»
Y Jesús le dijo: «Yo soy; y veréis al Hijo del hombre sentado a la diestra de la Potencia de Dios, y viniendo en las nubes del cielo».
Entonces el sumo sacerdote, rasgando sus vestidos, dijo: «¿Qué más necesidad tenemos de testigos? Habéis oído la blasfemia: ¿qué os parece?» Y todos ellos le condenaron ser culpado de muerte.
(Marcos 14:61-64), Versión Reina-Valera, (1569).
Jesús en la casa de Anás, obra de José de MadrazoMuseo del Prado.
El cristianismo surgió como una comunidad, la Iglesia, inspirada en las enseñanzas de Jesús de Nazaret. Según san Lucas(en Hechos de los Apóstoles 11:26), los discípulos de Jesús fueron llamados «cristianos» por primera vez en Antioquía de Siria. La misión que los unía era la prédica de estas enseñanzas por todo el mundo, prédica inicialmente llevada a cabo por sus discípulos directos, llamados apóstoles. Según los Evangelios, Dios preparó un pueblo, prefigurado en el pueblo de Israel, conducido por Moisés y los profetas y al que Cristo encabeza como jefe y salvador. Con este pueblo, Cristo realizaría una nueva alianza. El fin de este pacto es que todos conozcan a Dios Padre y a Jesucristo su Hijo y en Él tengan vida eterna (según el Evangelio de Juan 3.16).
Según el cristianismo, Jesús de Nazaret es el Cristo (el Mesías), Hijo de Dios hecho hombre (según el Evangelio de Mateo),32​ concebido por el Espíritu Santo y nacido de la virgen María. Después de la crucifixión, al tercer día resucitó y posteriormente subió al Cielo; y se espera su regreso al final de los tiempos en lo que se llama la «segunda venida de Cristo», o Parusía. El cristianismo explica que el sufrimiento de Jesús era necesario.33​ Frecuentemente se cree que el padecimiento de Jesús se desarrolló en la cruz, en realidad su padecimiento comenzó desde el huerto de Getsemaní.34​ En este pasaje se describe como Jesús lleno de angustia oraba intensamente, su sudor era como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.

Cristo en las distintas denominaciones cristianas[editar]

Imagen del Señor de los Milagros que recorre en procesión las calles de LimaPerú.
La religión cristiana se inició en el seno del judaísmo como uno de tantos movimientos mesiánicos, centrado en la persona de Jesús de Nazaret. Sus seguidores extendieron su culto por todo el mundo basándose en la idea de que Jesús había resucitado.
Los seguidores de Cristo en el mundo actual no forman un conjunto único y uniforme, sino que se agrupan en distintas confesiones, como las iglesias católicaortodoxaanglicanaluteranabautistaanabaptistamenonitapresbiterianametodistamormona, etc. Y aún los hay que no reconocen un vínculo con algún grupo.
La fe en Cristo de la mayoría de estas comunidades puede sintetizarse en esta antiquísima profesión de fe:
Creo en Jesucristo su único Hijo Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. Nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre Todopoderoso. Desde allí va a venir a juzgar a vivos y muertos.
Existe un movimiento llamado ecumenismo, el cual trata de buscar la unidad de todos los seguidores de Cristo. A este respecto, dentro de la Iglesia católica, el Concilio Vaticano II, en su decreto Unitatis redintegratio, ha expresado, refiriéndose a la división de los cristianos, «abiertamente repugna a la voluntad de Cristo y es piedra de escándalo para el mundo y obstáculo para la causa de la difusión del Evangelio por todo el mundo».35
Antes de su realización, el papa Juan XXIII creó el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. Esta llamada ha sido continuada por los papas siguientes.n 2

Cristo en el catolicismo[editar]

La luz del mundo(1853), de William Holman HuntKeble CollegeUniversidad de Oxford. Cristo llama a una puerta que representa el alma humana y lleva un farol en alusión a su frase «yo soy la luz del mundo, aquel que me siga no andará en las tinieblas, pues tendrá la luz de la vida» (Juan, 8:12).
Para el catolicismo, Cristo es el Hijo de Dios hecho hombre para la salvación del género humano, y esa es la «Buena Nueva»: Dios ha enviado a su Hijo.36​ Hijo de Dios hecho hombre: para la Iglesia católica esto significa que la segunda Persona de la Santísima Trinidad, el Hijo, se hizo hombre en el seno de María. Cristo, siendo una sola Persona divina, es perfecto Dios y perfecto hombre. Esta doctrina encuentra sus antecedentes en distintos textos de la Sagrada Escritura, entre los que se puede citar:
En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios.
Evangelio según San Juan 1:1. Ed. BdJ
Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros...
Evangelio según San Juan 1:14. Ed. BdJ
Tomás le contestó: «Señor mío y Dios mío.»
Evangelio según San Juan 20:28. Ed. BdJ
...y los patriarcas; de los cuales también procede Cristo según la carne, el cual está por encima de todas las cosas, Dios bendito por los siglos. Amén.
Epístola de San Pablo a los Romanos 9:5. Ed. BdJ.
El cual, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. Sino que se despojó de sí mismo tomando condición de siervo haciéndose semejante a los hombres y apareciendo en su porte como hombre; y se humilló a sí mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz. Por lo cual Dios le exaltó y le otorgó el Nombre, que está sobre todo nombre. Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese que Cristo Jesús es Señor para gloria de Dios Padre.
Epístola de San Pablo a los Filipenses 2:6-11 Ed. BdJ
...aguardando la feliz esperanza y la Manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo...
Epístola de San Pablo a Tito 2:13 Ed. BdJ
Se han producido dentro de la Iglesia católica distintos debates referidos a cómo deben interpretarse estas afirmaciones. Su posición oficial ha quedado fijada en las decisiones de los distintos Concilios:
El Primer Concilio de Nicea, en el año 325, el primer concilio ecuménico que la Iglesia católica pudo realizar terminadas las persecuciones que padeció sus primeros 300 años, profundizó los textos bíblicos citados, afirmando que Jesucristo es consustancial al Padre (de la misma sustancia que el Padre), es decir, verdadero Dios.
El Primer Concilio de Constantinopla, en el año 381, continuó con la profundización de la doctrina, redactando el Credo Niceno-Constantinopolitano:
Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma sustancia del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
Jesucristo Jesucristo Reviewed by Abigail Calix on agosto 23, 2019 Rating: 5

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